lunes, 5 de noviembre de 2007

TABASCO


He dado seguimiento vía televisión e Internet, a lo que ha estado ocurriendo con las inundaciones en Tabasco y tengo sentimientos encontrados con lo que veo, leo y oigo; por una parte un sentimiento de tristeza por la gente que está sufriendo en carne propia las consecuencias de no tener hogar, alimentos, de no saber donde se encuentran sus familiares, de perder sus trabajos y sobre todo de la incertidumbre de que van hacer, cuando las aguas regresen a su cause.

También tengo un sentimiento de alegría al ver a la sociedad civil, a la gente común en su gran solidaridad con los hermanos en desgracia, gente de a pie que sin pensarlo aporta su mano de obra y en ocasiones el poco dinero y pertenencias que tienen , para compartirlas con los que lo han perdido todo.Sin embargo, no puedo dejar de sentir rabia e indignación al saber que, como comentan expertos de la ONU tragedias como esta, se pueden evitar con pocos recursos, tanto para alertar a la población como para diseñar planes de evacuación y ayuda, aunado a esto, darme cuenta de nuevo de la corrupción siempre presente de los que detentan y han detentado el poder, los cuales han desviado los recursos que deberían utilizarse, en infraestructura para evitar inundaciones, para otros fines (quizá políticos) .

El colmo es ver al Sr. Calderón "ayudando" a llenar sacos de arena o pasando de mano en mano, cajas con víveres con miembros del ejército; en lugar de comportarse como el Presidente de mi país( a lo mejor tiene serias dudas de serlo), el cual debería estar diseñando con sus subordinados, todas las estrategias de auxilio necearías para paliar en lo que se pueda el sufrimiento de las personas o solicitar la ayuda internacional y no retirase de ahí, hasta no ver resultados tangibles (en Tabasco bien podría asentar temporalmente sus oficinas y despachar desde esa Entidad). Ante esto me surgen algunas preguntas: ¿Donde están los trailers-cocinas que presumimos en Nueva Orleans en donde se preparaban miles de comidas al día? ¿Donde están los carros anfibios que se vieron el día del desfile? ¿Donde están los hospitales de campaña, con sus miles de medicamentos y decenas de médicos militares que vimos también en Nueva Orleans? Al tiempo Sr.Calderón, el pueblo no olvida, preguntele a Bush el sabe de eso.

Para terminar transcribo lo que leí en La Jornada del viernes 2 del presente:


"Sometido a la presión de no encontrar mejor manera de esforzarse en ayudar a los habitantes de Villahermosa más que llenando sacos de arena, sin generar solidaridad espontánea de quienes en realidad lo consideraban distante y meramente escenográfico, el comandante Felipe Calderón se permitió este miércoles un desliz que revela sin atenuantes su vena dictatorial. Colérico porque no había quienes se sumaran por propia voluntad a la breve faena en que se había aplicado para efectos mediáticos, el michoacano, a quien su círculo cercano siempre ha calificado como político “de mecha corta”, explotó, amenazante, advirtiendo a los ciudadanos pasivos que mandaría por ellos si no se agregaban a las tareas que realizaban el citado Presidente LegaL, funcionarios federales y estatales, algunas mujeres y un grupo de militares. La versión anegada del Cooperas (paleas) o cuello llegó al extremo de que el empacador solitario ordenara a su jefe del Estado Mayor Presidencial que fuera por los reticentes, sin que la excursión castrense pudiese ejecutar esa leva destinada a un efímero campo de concentración presidencial.........

....Ni siquiera un perfecto ignorante de las leyes y la filosofía política como Vicente Fox se había atrevido a expresar amenazas a ciudadanos cuya inactividad, en este caso, pareció al irritable michoacano causa suficiente para enviar a un grupo castrense de elite a tratar de forzarlos a realizar determinadas cosas. La crónica enviada por Claudia Herrera Beltrán a La Jornada muestra, además, a un personaje de piel sumamente sensible a la crítica o la desobediencia: “Molesto porque un grupo de mujeres se quejaba de que ningún hombre las ayudaba, y porque además había decenas de personas observándolos desde un puente, en calidad de espectadores, el Ejecutivo federal empezó a preguntar a gritos: ‘¿Faltan palas, o qué?’ (…) Desde el puente La Esmeralda del Sureste, un hombre exclamó, en relación con la presencia de Calderón: ‘¡Que se quede toda la noche!’ Eso hizo que el Presidente reventara, y señalando a uno de ellos, advirtió dos veces: ‘vente, o mando por ti’” (esta columna sin palas se pregunta angustiada qué órdenes daría Calderón, si le fuera posible, para someter a quienes cotidianamente lo impugnan a causa de su origen electoral: ¿mandaría también a militares por ellos?)."

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