viernes, 30 de noviembre de 2007

MINISTROS Y MINISTRAS PRECIOSAS

La impunidad sigue campeando en nuestro querido país, gravemente lastimada quedó la justicia, con la aberrante e infame determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de exonerar de toda culpabilidad al gobernador de Puebla,Mario Marín, acusado de violar las garantías individuales de la gran luchadora social y periodista Lydia Cacho, esta acción de la Corte es una bofetada a la ciudadanía que todavía cree en la justicia y una carta blanca, para que cualquier gobernante, viole impunemente los derechos Constitucionales y les den coscorrones (Kamel dixit) a quien les plazca, al fin y al cabo son faltas menores, tales como la pederastia, el secuestro y el traslado de un Estado a otro sin orden de aprensión y extradición, girada por autoridad competente, etc.

Repito para que no se nos olvide;se entrega así un mensaje de que, en lo sucesivo, cualquier funcionario público podrá atropellar los derechos de la población (ya sea por voluntad propia o a petición expresa de algún empresario o de otra autoridad) , sin que ello se convierta en sanciones en su contra, y se deja entrever que la justicia en este país se imparte sólo para quienes tienen dinero o poder mediático y no para el conjunto de la ciudadanía.

Y no me es tan extraña esta decisión, baste recordar el papel parcial que jugó el ministro Mariano Azuela cuando el desafuero de AMLO y las cosideraciones aberrantes que utilizó, para desestimar los alegatos de los soldados afectados por el SIDA entre otras linduras de este señor.

Se mantendrá, pues, la impunidad de nefastos personajes como Mario Marín, quien desde ayer me imagino, regala y pide más “botellitas” de coñac. Dice Lydia que es “una derrota para los periodistas”. No, lo es para el país.

Al ver en la tv los alegatos, de las dos ministras para desestimar las pruebas en contra del gober precioso, me asaltó el pensamiento de que no hay mayor enemigo de una mujer que otra mujer; chingao.

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