Por aquí y por allá escucho y leo, que debe haber una izquierda moderna, no como la que sigue a AMLO, una izquierda que se adapte a los tiempos que vivimos, una izquierda tolerante con buenos modales con señoritos bien portados, domesticada vamos. Y que con eso, los que detentan el poder económico y político no se tientan el corazón para despojarnos de todo, hasta de nuestra dignidad; pero eso si con maneras refinadas, sin exabruptos, es por ello que reproduzco esta columna del diario argentino pagina12:
El exabrupto.
Por Eduardo Pavlovsky
El lenguaje de Chávez está lleno de exabruptos –se necesitan esos exabruptos–, muchos más serán para buscar un lenguaje que no sea el acostumbrado retórico y bizarro de las cumbres. La búsqueda de un lenguaje de exabruptos intempestivo, violento, sorpresivo, que rompa el lenguaje vacío y anodino de las reuniones de los presidentes. El 30 por ciento de los latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza, ese era el tema a discutir; el otro lenguaje, el de las formas, queda en el anecdotario de las reuniones sociales de los chismes. Pero ese lenguaje carece de la fuerza del exabrupto. El que expresa la miseria y el dolor del hambre, el que no abdica, el que grita la enfermedad y las enfermedades neurológicas de los niños latinoamericanos por desnutrición. Chávez es un impulsivo que denunció la complicidad del gobierno español en el golpe que lo quiso derrocar en el 2002. Chávez grita ensordecedoramente. Chávez guaranguea.
La figura del ex presidente Aznar junto a Bush y Blair en la foto del imperialismo criminal del ataque a Irak. Imborrable en su obsecuencia extrema. Grito ensordecedor de la traición de la ética, ¡no olvidemos la foto por favor! Necesitamos un lenguaje nuevo, lenguaje de páramo sin alimentos, sin agua, sin salud, sin esperanza. Lenguaje nuevo que exprese la miseria y nos duela el cuerpo al escucharlo –inventar un nuevo lenguaje que no produzca belleza, sino hambre infinita, mortalidad infantil, donde nuestros ojos se desorbiten como esos monstruos sin lactancias–, palabras sensaciones son las de Chávez que no dejan de callarse nunca, que produzcan convulsiones como respuestas, que seamos epilépticos por un rato, que nos cadavericen, exabruptos bien venidos. Exabruptos nuevos, obscenos por lo subversivo, la gran desgracia que ya se interiorizó como normal es la resignación, la tristeza, la adaptación. El exabrupto es la esperanza, aunque se ofendan los reyes por un rato, el nuevo lenguaje confrontativo del mestizo Hugo trae nuevas esperanzas, como cuando lo liberó bajando de los cerros la humildad humillada de los pobres y menesterosos que se convertían en humanos al liderarlos Chávez.
Basta de edificios de lenguaje que no nos sirven más para expresar nada, que ya no abarcan nada, que ya no explican nada, palabras vacías de conferencias y simposiums. Necesitamos exabruptos que expresen los ojos reventados de hambre, los dolores infinitos, los aullidos. Que exploten toda la impostura y de esos escombros el lenguaje nuevo. La belleza de los restos, poesía de los escombros. A la hoguera con los lenguajes viejos, olor a trampa, a impudicia, a corrupción por todos los rincones. Necesitamos el lenguaje de las patas en las fuentes de los cabecitas del 17 de octubre. De los indios de Morales que tanto escandalizan a los blancos bolivianos. Construyamos un lenguaje lleno de exabruptos. Chávez es obsceno. Potencia de nuevas palabras que cambien el lenguaje que ya no dice nada, de retórica bizarra y encallecida que envejece y escucharla ya da vergüenza.
Por Eduardo Pavlovsky
El lenguaje de Chávez está lleno de exabruptos –se necesitan esos exabruptos–, muchos más serán para buscar un lenguaje que no sea el acostumbrado retórico y bizarro de las cumbres. La búsqueda de un lenguaje de exabruptos intempestivo, violento, sorpresivo, que rompa el lenguaje vacío y anodino de las reuniones de los presidentes. El 30 por ciento de los latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza, ese era el tema a discutir; el otro lenguaje, el de las formas, queda en el anecdotario de las reuniones sociales de los chismes. Pero ese lenguaje carece de la fuerza del exabrupto. El que expresa la miseria y el dolor del hambre, el que no abdica, el que grita la enfermedad y las enfermedades neurológicas de los niños latinoamericanos por desnutrición. Chávez es un impulsivo que denunció la complicidad del gobierno español en el golpe que lo quiso derrocar en el 2002. Chávez grita ensordecedoramente. Chávez guaranguea.
La figura del ex presidente Aznar junto a Bush y Blair en la foto del imperialismo criminal del ataque a Irak. Imborrable en su obsecuencia extrema. Grito ensordecedor de la traición de la ética, ¡no olvidemos la foto por favor! Necesitamos un lenguaje nuevo, lenguaje de páramo sin alimentos, sin agua, sin salud, sin esperanza. Lenguaje nuevo que exprese la miseria y nos duela el cuerpo al escucharlo –inventar un nuevo lenguaje que no produzca belleza, sino hambre infinita, mortalidad infantil, donde nuestros ojos se desorbiten como esos monstruos sin lactancias–, palabras sensaciones son las de Chávez que no dejan de callarse nunca, que produzcan convulsiones como respuestas, que seamos epilépticos por un rato, que nos cadavericen, exabruptos bien venidos. Exabruptos nuevos, obscenos por lo subversivo, la gran desgracia que ya se interiorizó como normal es la resignación, la tristeza, la adaptación. El exabrupto es la esperanza, aunque se ofendan los reyes por un rato, el nuevo lenguaje confrontativo del mestizo Hugo trae nuevas esperanzas, como cuando lo liberó bajando de los cerros la humildad humillada de los pobres y menesterosos que se convertían en humanos al liderarlos Chávez.
Basta de edificios de lenguaje que no nos sirven más para expresar nada, que ya no abarcan nada, que ya no explican nada, palabras vacías de conferencias y simposiums. Necesitamos exabruptos que expresen los ojos reventados de hambre, los dolores infinitos, los aullidos. Que exploten toda la impostura y de esos escombros el lenguaje nuevo. La belleza de los restos, poesía de los escombros. A la hoguera con los lenguajes viejos, olor a trampa, a impudicia, a corrupción por todos los rincones. Necesitamos el lenguaje de las patas en las fuentes de los cabecitas del 17 de octubre. De los indios de Morales que tanto escandalizan a los blancos bolivianos. Construyamos un lenguaje lleno de exabruptos. Chávez es obsceno. Potencia de nuevas palabras que cambien el lenguaje que ya no dice nada, de retórica bizarra y encallecida que envejece y escucharla ya da vergüenza.
3 comentarios:
Entonces, bienvenido el discurso teatral, pendenciero, incendiario y con un alto impacto mediático, bienvenido el populismo y bienvenida la represión, quememos en la hoguera de la ofensa y la intolerancia a quienes no griten consignas y encerremos a los que estén en contra de la dictadura.
Es curioso, hemos vivido equivocados tú y yo, yo me considero más o menos de derecha, tú totalmente de izquierda, y aunque no coincidimos en nuestras opiniones, nos respetamos y debatimos firme pero civilizadamente, ¿ahora tenemos que hablarnos con puros exabruptos porque Chávez no sabe de otra y Pavlovsky así cree que debe ser? tal vez no, porque como ni tu ni yo somos presidentes y ambos cobramos, vivimos, vestimos y comemos con la derecha, entonces lo que digamos no refleja la miseria ni el dolor del hambre.
Todo depende del punto de vista del que se vean las cosas, la mayoria de los comentarios apoyando la postura del rey,se refieren a que Chávez es un intolerante un déspota sin educación y sin respeto de los protocolos; la discusión era entre Zapatero y el venezolano, el segundo había denunciado la injerencia de Aznar en el golpe de Estado que momentaneamente lo quitó del poder (a Chávez)y la intolerancia y desmesura vino del rey. Ante algo tan grave como un golpe de estado, lo que el Presidente estaba haciendo era denunciar lo que no quieren aceptar los actores que estan en su contra, como son las empresas españolas que detentan aún el control de cierta parte de los energéticos de Venezuela, Chavez no dijo ninguna mentira(dime si en algunos de los comenarios antichavez se le tilda de mentiroso en lo referente a este caso en particular), se comprueba que las verdades incomodan y de que manera,este hombre habla con mucha claridad al pan, lo llama pan y al vino, vino.
Y es a lo que se refiere Pavlosky en su disertación, es una alegoría del hartazgo que tienen los que no tienen voz en ningun lado,es el decir escuchen por favor aquí estamos y que se oiga bien fuerte ya basta de que los privilegios sean para unos cuantos.
Y tienes razón, bievenido el populismo porque significa que alguien de alguna manera se preocupa primero por las mayorias y no al revés, la intolerancia viene del otro lado,de los que no aceptan el triunfo con más del 60% de los votos,la intolerancia viene de los que sienten perdidos sus privilegios.
No entiendo de donde sacas que en Venezuela hay una dictadura (utilisas los mismos términos que los comentaristas de La Crónica).Todos los cambios políticos que se han hecho en ese país han pasado por referendum, incluso la revocación del mandato (el cual ganó con el 65%, avalado por todos los organismos que asistieron como observadores)si eso es dictadura entonces ya no entiendo nada.
Estás en tu derecho de vivir equivocado, pero no me involucres, ¿como sabes que soy totalmente de izquierda (de nueva cuenta a calificarme o descalificarme no se bien)? ¿tú eres totalmente palacio(solo tú lo sabes)?.
Tienes razón si discutimos o polemisamos civilizadamente es porque ni somos dirigentes, ni reyes.Por último solo me resta decir que efectivamente cobro, visto,vivo y como, pero afortunadamente no me acuesto con la derecha.
¿Porqué no se callan?
JAJAJAJA
NO SE METAN CON MIGO CABALLERO, O VA SALIR "ESPINAO", ESTO ES UN "COMPLOOOO"
(Citando al Rey Don Juan Carlos)
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