martes, 21 de octubre de 2008

ERNESTO CARDENAL

De pasos cortos pero seguro en su andar, José se empeñaba en cargar los botes de agua, tan necesaria en la pequeña choza donde habitaba con su madre y sus cinco hermanos, a sus catorce años, era todo un veterano combatiente Sandinista. Lo conocí en el pequeño galpón improvisado como salón de clases de alfabetización, me acuerdo especialmente de él por su gran dinamismo y entereza a pesar del gran sufrimiento por el que había pasado( la muerte por tortura de su padre a manos de la Guardia Nacional), constante en sus clases se distinguía por que aprendió más rápido que los demás, portaba un rifle de asalto enorme y nos decía: miren compitas si caigo cualquiera agárrelo, jálenle aquí y dispárenle a los perros contras, en ese tiempo la contrarrevolución estaba durísima. Otra de sus características aparte de su valentía, era su solidaridad plena con todos sus vecinos, ya ayudaba en las milpas, ya buscaba medicamentos y víveres o traía algún sacerdote para reconfortar a los deudos. Creo sin lugar a dudas que José simbolizaba a la juventud Sandinista de esa época.

El día de ayer, este tipo de recuerdos me llegaron al ver la entrevista que Carmen Aristegui le hizo al gran poeta y sacerdote Ernesto Cardenal , en la cual, entre medias palabras y argumentos inconexos, acusaba de dictatorial a su excompañero de armas y hoy presidente, Daniel Ortega, sé del caso y la verdad no da para tanto, como para que se haya organizado un grupo que se llama “poetas contra la dictadura” en el que la mayoría son derechistas y oportunistas (ninguno dijo nada a favor de Cardenal cuando fue regañado en publico y delante de todos los medios por J. Pablo II), no entiendo a Saramago y Sabina involucrados en eso, en la entrevista llegó un momento en el que le dice a Carmen que parecía que estaba en un interrogatorio de tipo judicial, ante la insistencia de ella para que le contestara quien lo había amenazado de muerte, tal parece o que es mentira lo que decía y teme por una demanda por difamación, o el otrora valientísimo Sandinista ya no lo es más. Que pena.

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